Hoy no vengo a hablar del coronavirus del que tan saturados estamos a través de todas las vías de comunicación de las que disponemos, pero si que vengo a hablar sobre uno de los tantos efectos colaterales que esta crisis está teniendo alrededor del mundo y especialmente en España en los últimos días.

[Imagen] - Teletrabajo
Teletrabajo, fuente

Debido a los brotes de COVID-19 en nuestro país, y con el fin de colaborar de la manera más ágil a atenuar el contagio exponencial de este virus, muchas de las empresas han decretado que sus empleados debían realizar sus tareas desde casa dejando así de asistir a la oficina. Adelantándose, de esta manera, a las medidas del gobierno y evitando así contactos innecesarios que pueden provocar contagios no solo durante la actividad laboral si no durante al desplazamiento a la misma. Una muestra de la agilidad del sector privado frente a la lentitud de la administración pública de nuestro país (en otros países la administración pública ha sabido moverse mucho más rápido).

De esta manera, nos encontramos ante el mayor experimento social de teletrabajo de nuestros país. El experimento puede calificarse como el mayor de la historia por 3 razones principales:

  1. Por número absoluto de personas teletrabajando en paralelo, no existen fuentes de referencia que hagan seguimiento exhaustivo de este tema pero si que existen fuentes indirectas que pueden demostrarnos esto: Telefónica registró un aumento considerable de uso de sus redes y Microsoft detectó como el uso de Teams aumentó un 500% recientemente.
  2. Por número de personas que cambian en un corto espacio de tiempo de manera de trabajo. En muchas empresas esto ha ocurrido de la noche a la mañana. En algunas, el teletrabajo flexible está a la orden del día pero nunca de la noche a la mañana se había decretado que el 100% de la plantilla teletrabajase de acuerdo a protocolos exprés de actuación.
  3. Potencialmente por la cantidad de tiempo que va a suceder. No sabemos por cuanto tiempo estaremos confinados a día de hoy en nuestros hogares, pero está claro que no va a ser cuestión de unos pocos días.

Beneficios del teletrabajo

El teletrabajo no solo trae el beneficio de evitar el contagio durante pandemias globales, el teletrabajo siempre ha tenido potentes beneficios que hoy quiero poner en valor:

  • Conciliación familiar. El teletrabajo es una fórmula es eficaz para equilibrar con éxito la vida profesional y la felicidad personal al poder dedicar más tiempo a tu seres queridos. Combinado con una flexibilidad horaria es un combo perfecto para poder lidiar con el día a día familiar sobretodo cuando se tiene personas dependientes en la familia, menores a cargo o surgen imprevistos.
  • Aumenta la productividad en tareas que requieren de mucha concentración y donde las distracciones de la oficina dificultan la tarea.
  • Aumenta el tiempo disponible para actividades de ocio de los empleados que no tienen que perder el tiempo en ir y volver a sus puestos de trabajo. En las grades ciudades esto puede ser de media casi 2 horas al día. Dos horas que se pueden utilizar para leer, hacer deporte o simplemente desconectar.
  • Derivado de evitar desplazarse al trabajo se producen efectos colaterales como una disminución de la huella de carbono producida por la no utilización de vehículos para desplazarse a los puestos de trabajo.
  • Reducción de gastos tanto para el empleado como para el empleador. El empleado se ahorra gastos de transporte y posibles gastos de manutención que en el hogar ocurren de manera más barata y el empleador se ahorra gastos de electricidad o de mantenimiento de puestos de trabajo.
  • Puede abrir posibilidades a quienes lo utilizan para trabajar temporalmente desde localizaciones muy distintas a las habituales para adquirir nuevas habilidades o desconectar en nuestro tiempo libre de una manera más sana saliendo de la rutina. Pudiendo asistir a cursos en Londres por las tardes mientras se teletrabaja durante la jornada laboral, por ejemplo.

Hay quién prefiere ponerle trabas y dificultades

Sin embargo, exigen dos tipos de perfiles que históricamente han puesto barreras al teletrabajo:

  1. Los propios puestos de mando que deberían fomentarlo.
  2. Los cuerpos legislativos que no adaptan la ley para favorecer este tipo de medidas o que incluso legislan en contra de ellas y no lideran con el ejemplo.

Por un lado, existen puestos de mando que son reticentes a la implantación de este tipo de medidas. Existe una corriente de pensamiento que sustenta la tesis de que si un trabajador está al alcance de nuestra vista dicho trabajador va a trabajar más y ser más productivo. En base a esta manera de pensar, existe una tipología de jefe y de dirección que no ve con buenos ojos no tener en absoluto control de su campo visual a sus empleados. En este caso, existe la necesidad de autocrítica para ellos. El teletrabajo no es su problema, es la falta de confianza en sus equipos.

Por otro lado, nos encontramos a los entes legisladores gubernamentales que primero no legislan para favorecer el teletrabajo y que tampoco lideran con el ejemplo de este tipo de medidas, veamos dos ejemplos muy recientes en nuestro país:

  • Pese a la gran ventaja que puede significar impulsar el teletrabajo en aquellas empresas donde es posible implantarlo pero a día de hoy no se hace por cuestiones más allá de las económicas, el gobierno ha decidido no incluir el teletrabajo a propósito en el estado de alarma dictado ayer. Medida que implica por un lado dejar de fomentarlo en los momentos donde puede marcar una diferencia permitiendo no frenar la actividad económica en algunos sectores y por otro lado dejándolo sin un marco jurídico acorde a la situación actual.
  • Para concienciar a la población de los beneficios del teletrabajo, la mejor manera es liderar con el ejemplo desde las instituciones públicas. El Consejo de Ministros cambió la ley hace 3 días para poder reunirse de manera telemática porque varios miembros del Consejo habían dado positivo en COVID-19. Un gran paso hacia adelante en favor del teletrabajo. Sin embargo, un día después, ayer mismo, el gobierno mandó realizar el Consejo de Ministros de manera presencial pese a tener varios miembros del Consejo que habían tenido relación directa con personas que han dado positivo en coronavirus, saltándose los protocolos de cuarentena que estipula el propio Ministerio de Sanidad. Cambiar este tipo de hábitos y demostrar que el teletrabajo y las reuniones telemáticas son posibles permite aprovechar los focos que ahora mismo están ofreciendo los medios de comunicación para marcar un cambio de tendencia en la sociedad y no se hizo. Una de cal y otra de arena.
  • En 2019, se aprobó una nueva actualización de la ley que obligaba a que se tenga que fichar en todos los puestos de trabajo. Esta medida que es de gran utilidad en sectores en los que es necesaria la presencia física de los trabajadores y donde se abusa de las horas extras no pagadas o pagadas bajo a mano a los trabajadores, no lo es sin embargo para los sectores que pueden hacer uso de teletrabajo y donde existe flexibilidad laboral. El obligar a fichar es una medida superficial que no aporta ninguna seguridad ni a empleados ni a empleadores que hacen uso del teletrabajo y solo aumenta los costes y las barreras. Para los empleados, esta ley, no se asegura que sus horas extras no contabilizadas se tengan en cuenta de manera real y para los empleadores no reduce los casos de absentismo laboral ya que se puede hacer un uso muy arbitrario del fichaje online.

Nos encontramos ante el gran experimento social de teletrabajo más grande de la historia. Necesitamos que tanto el ámbito privado como los gobiernos pongan de su parte para fomentarlo y así evitar parones mayores en nuestra economía a la vez que ayudar a ver el teletrabajo con otros ojos. Debemos buscar soluciones que se adapten tanto al mundo offline como online y no discriminar a los empleados y sectores que hagan uso del teletrabajo.

Potencialmente esto se puede alargar meses

No sabemos durante cuanto tiempo estaremos confinados en nuestros hogares, si miramos a casos como China o incluso Italia podemos inferir que podríamos estar hablando de varias semanas más allá de los 15 días que a día de hoy se considera desde el gobierno.

Las organismos que ya estén acostumbrados a abrazar los beneficios del teletrabajo, tendrán muy pocos problemas en adaptarse a esta situación de crisis. Los organismos que no puedan hacer uso de él por condiciones operativas de calado se verán probablemente obligadas a parar su actividad económica, lo que puede llevar a grandes problemas de liquidez o despidos en el peor de los casos. Por último, los organismos en sectores que puedan hacer uso del teletrabajo y por cultura no sean capaces de adaptarse se verán rodeados de una situación muy adversa, en la que sus competidores pueden seguir con su operativa diaria pero ellos no, lo que en última instancia y si esto se alarga mucho puede llevar a la perdida total del negocio en pos de aquellos más ágiles y que si han sabido adaptarse a los tiempos que corren.

Esperemos que este cambio forzado en la manera de trabajo para algunos sectores ceda un espacio a la reflexión sobre la utilidad, necesidad de implantación y normalización de estas medidas en muchos organismos.

En mi caso, gracias al teletrabajo, la vida sigue igual para mi y para mis empleadores pese al actual escenario de una pandemia global. Llevo toda la semana teletrabajando y produciendo al mismo nivel que si hubiese ido a la oficina y mañana seguiré impartiendo el segundo seminario de inteligencia artificial que tenía planificado con la universidad de Nebrija, en este caso de manera online.

La tecnología nos permite continuar con nuestra vida, los que tenemos la suerte de no tener que ir a trabajar a un sitio fijo por necesidades operativas o de tener la necesidad imperiosa de contacto físico con otras personas para realizar nuestra actividad laboral solo tenemos que adaptarnos. La tecnología nos lo permite, no nos cerremos a ella.