En aproximadamente dos semanas se cumplirán 20 años del 16 de enero de 2001, día en el que los directores ejecutivos de pets.com finalizaron la liquidación de la empresa por bancarrota.

La historia de pets.com, una prometedora startup que tenía por inversor a Amazon.com, aunque fue de las más flagrantes de todas, fue tan solo una de las muchas historias de empresas similares que se vieron envueltas en la denominamda burbuja puntocom​.

La burbuja puntocom se puede resumir en una actitud de euforia que reinó durante los años previos al año 2000, año en la que la burbuja explotó y provocó grandes pérdidas y ruina para muchas personas y empresas. Una euforia centrada en la creación de nuevos negocios online con la llegada en aquel momento de Internet.

Este entusiasmo superlativo llevó a que se fundaran un número estratosférico de start-ups a las cuales se les regaba de millones de dólares por parte de los fondos de venture capital del momento y que posteriormente se estrenaban en bolsa para que cualquier ciudadano de a pie pudiese invertir en ellas aún cuando la mayoría no eran capaces de generar beneficios.

¿Os suena familiar? No seríais los únicos que observaseis ciertas similitudes con lo que ocurre hoy en día. Cada vez es más frecuente escuchar a voces expertas asegurando que el momento tecnológico actual es comparable al del año 2000.

¿Es esto verdad? ¿Estamos ante una repetición de los hechos del año 2000? ¿Por qué es esto relevante para los que trabajamos en el mundo digital?

Durante los años posteriores a la explosión de la burbuja puntocom, solo en Silicon Valley se estima que se perdieron unos 200.000 puestos de trabajo. Por lo tanto, aunque no participemos directamente en los mercados de valores, los eventos que ahí ocurran dictarán probablemente las dinámicas de nuestro sector de igual manera que lo han dictado hasta ahora.

Veamos entonces cuales son las similitudes con el año 2000.

Similitudes

La burbuja puntocom guarda, en efecto, varios puntos en común con la actualidad: cada vez más se imponen “novedosas” métricas para valorar empresas tecnológicas, nadie habla de nada que no sea tecnología dejando otros sectores “olvidados” y cuanto más futurista y distante es la narrativa de la empresa, mejores resultados bursátiles obtiene.

Históricamente, ninguno de estos tres factores ha desembocado en nada bueno. Podríamos ahondar mucho en todos estos puntos, sin embargo, con el objetivo de haceros la lectura más amena solo me voy a centrar en dos similitudes con la burbuja puntocom que me parecen más visuales y de los cuales tenemos datos objetivos con los que comparar.

IPO mania

Una IPO (Initial Public Offering) es el proceso a través del cual una empresa coloca parte de sus acciones en el mercado de valores para que cualquier persona pueda negociar con ellas, las famosas salidas a bolsa. La IPO mania es el momento en el que estas operaciones ocurren de manera mucho más frecuente en base a la media histórica.

En este 2020, pese a ser un año marcado por una gran recesión económica a nivel mundial, el dinero total captado para salidas a bolsa de startups y empresas ha sido el mayor de la historia, superando así al anterior récord que ostentaba el año 1999, en plena burbuja puntocom.

Además, el pasado mes de noviembre fue el mes con mayor número de salidas a bolsa de las últimas décadas, también superando las cifras del año 2000.

Para los que os gusten los gráficos, os dejo por aquí un hilo de twitter al respecto.

Pierden dinero

Además, no sólo existe un número de IPOs muy por encima de la media si no que el 81% de las empresas que salieron a bolsa durante este año no eran rentables en los 12 meses previos a su IPO. Durante la burbuja puntocom esta cifra era del 86%, frente a una media histórica desde los años 80 del 48%.

Pierden dinero… Pero da igual, porque en las primeras horas de cotización su precio sube como la espuma. El gráfico que pinta Bloomberg en base a los datos históricos de la Universidad de Florida lo resume perfectamente.

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Un ejemplo claro fue la reciente salida a bolsa de Airbnb, cuyo precio de salida fueron $68 y al finalizar su primer día de cotización ya valía $144.

Algo parecido le ocurrió a Pets.com, el ecommerce enfocado al sector de las mascotas, empezó cotizando a $11 y al cerrar la primera sesión acabó a $14.

Tristemente, 9 meses después, al haber quemado todo su dinero sin conseguir beneficios, cotizaba a $0.20 y todos sus empleados estaban en la calle.

Contexto diferente

No obstante, es importante también valorar que el contexto económico actual es diferente.

Los bancos centrales están imprimiendo cantidades enormes de dinero sin precedentes en la historia a esta escala (casi 1 de cada 4 dólares en circulación han sido imprimidos solo este año), por lo que las dinámicas económicas son desconocidas.

Sin embargo, lo que si que sabemos es que los mismos bancos centrales están utilizando este dinero para comprar deuda y han situado los tipos de interés al 0%.

Esto no ocurría durante la burbuja puntocom, cuando precisamente los tipos de interés subierón año trás año durante la burbuja. Algo que posiblemente favoreciese que algunas de esas empresas se ahogasen financieramente.

Estas medidas económicas, impulsadas durante los últimos años por los bancos centrales, permiten a las empresas poder vivir sin generar beneficios durante más tiempo al tener más fácil acceso a crédito, evitando así cataclismos como el de pets.com en tan solo 9 meses.

Conclusiones

Los flujos de inversión son necesarios para la innovación. Sin inversores dispuestos a poner dinero para que se desarrolle nueva tecnología el progreso se ralentizaría enormemente. Sin embargo, la avaricia del ser humano también ha provocado grandes catástrofes históricamente.

Es importante recordar que las burbujas y crisis económicas nunca son iguales a las anteriores, no se puede esperar que los escenarios sean exactamente idénticos pero si que es importante entender los patrones comunes que se dan entre ellas.

No me siento capacitado como para predecir nada, no soy un gurú, sin embargo si que creo que merece la pena reflexionar sobre toda esta información para entender el contexto con el que trabajamos.

Estemos atentos para ver si detectamos el próximo pets.com o, si por el contrario, de verdad esta vez es diferente. La historia no se repite pero, a mi juicio, esta vez algo si que rima.